INTRODUCCIÓN de la ruta “Puig des Moro desde Sóller”
La ruta “Puig des Moro desde Sóller” es una larga ruta circular y una de las variantes que existen para subir a esta montaña. Recorre antiguos caminos de carro y de herradura como el Camí des Rost, el de Rocafort y el de Castelló, que aún conservan, en algunos tramos, su magnifico empedrado; o senderos vertiginosos como el Camí dels Cingles de Can Prohom. Atraviesa frondosos bosques de encinas, como el Bosc de Can Prohom; bancales de olivos y profundas e inclinadas vaguadas. Visita bucólicos rincones como el Racó d’en Barona y ofrece magnificas panorámicas del Valle de Sóller, como las que se pueden observar desde la cima del Puig des Moro o de los miradores naturales que se encuentran en sus acantilados.
DATOS TÉCNICOS de la ruta “Puig des Moro desde Sóller”
Fecha de Inicio: 03 Diciembre 2024 Hora de Inicio 09:40 Distancia: 13,75 km Altitud min: 869 m Altitud máx: 785 m Desnivel Positivo: 869 m Desnivel negativo: 869 m Altitud inicial: 869 m Tiempo Total: 06:32 Tiempo Caminando: 05:15 Velocidad media: 2.5 km/h Circular Moderada
ITINERARIO de la ruta “Puig des Moro desde Sóller”
- Aparcamiento del restaurante Can Lluis (Sóller)
- Camino de la Costa d’en Llorenç
- Camí des Rost
- Camí de Castelló
- Can Prohom y Son Mico
- Camí dels Cingles de Can Prohom
- Puig des Moro
- Volada de Can Teix
- Racó d’en Barona
- Camí de Castelló
- Camí de Rocafort
- Camino de la Costa d’en Llorenç
- Aparcamiento del restaurante Can Lluis (Sóller)
DESCRIPCIÓN de la ruta “Puig des Moro desde Sóller”
La ruta “Puig des Moro desde Sóller” tiene como objetivo coronar la cima de esta montaña de forma ovalada en su parte superior, que tiene una altura de 785 m y que forma parte del macizo del Puig del Teix. Se encuentra muy cerca de La Galera y de la Colina d’en Banya .
El punto de partida de este itinerario lo he situado en el aparcamiento del restaurante Can Lluis. Llegamos a este lugar por la Carretera de Desviament, la Ma-11 que une Sòller con su puerto. Nada más pasar la gasolinera se encuentra el aparcamiento. Una vez estacionado nuestro vehículo comenzamos a caminar por el arcén de la referida carretera en dirección a Palma. Al llegar a la altura del Camí de la Costa d’en Llorenç, primer camino que vemos a nuestra derecha, cruzamos la carretera prestando especial atención al abundante tráfico.
Camí des Rost
Tomamos este camino, asfaltado, y avanzamos en ligera subida. Pronto dejamos a mano izquierda el Camí de Rocafort por el que regresamos al final de la excursión. Ahora seguimos entre casas y huertos de cítricos, hasta el final del camino. Aquí encontramos una bifurcación. Por la izquierda tenemos el Camí dels Cinc Ponts que ignoramos, ya que fue objeto de otra excursión. Continuamos de frente por el Camí des Rost, que se inicia como un caminito de grava.
Enseguida traspasamos una rudimentaria barrera metálica que se abre y luego cruzamos el vado del Torrent dels Cinc Ponts, que fluye sobre una llanura rodeada de vegetación. Poco después pasamos por encima de uno de los túneles del tren de Sóller y más arriba vemos a mano izquierda la desviación señalizada como Camí des Mont-reials, que pasa por esta propiedad y llega hasta la entrada a Can Jeroni Gros y Can Ques. En su ascenso el camino va trazando innumerables lazadas.
S’Heretat
Un poco más arriba la pendiente aumenta bruscamente y a medida que gana altura, el camino alcanza su máximo esplendor, ofreciendo un empedrado formidable, que ha permanecido intacto al paso del tiempo. Presenta unos escalones perfectos, hechos de minuciosos cantos rodados. El bucólico camino nos ofrece una senda ascendente con una vegetación que crece a su paso donde destacan las matas, los algarrobos y algún que otro espino blanco.
Luego abandona la zona boscosa y se adentra suavemente en otra de olivos milenarios, hasta desembocar en el Camí de Castelló, donde tenemos un cruce de caminos. Por la derecha el camino conduce a S’Heretat, convertida en hotel rural. Por la izquierda tenemos el Camí de Castelló que viene de Can Jeroni Gros y Can Ques. Nuestro itinerario continúa de frente por este camino. En unos minutos llegamos a las cases de Can Carabasseta, que vemos a nuestra izquierda, y luego a la Capilla de Castelló, pequeño oratorio que data del siglo XVII y que recientemente ha sido restaurado.
Pi de l’Ensaïmada
Subimos por la izquierda, por un tramo empedrado y en unos segundos alcanzamos la explanada donde se encuentran las casas de Can Prohom y Son Mico. La possessió de Can Prohom era una de las más grandes de la alquería de Castelló. Las casas de Can Prohom y de Son Mico constituyen una sola unidad arquitectónica y son de un volumen considerable. A la derecha, está la parte de Son Mico, y a la izquierda, Can Prohom. Desde este lugar se observa una buena vista panorámica destacando entre otros el puig de Bàlitx, la montaña de Moncaire, el puig de sa Bassa, el puig Major, el puntiagudo l’Ofre y Es Cornadors.
También vemos el alto pino piñonero que corona la colina de enfrente, conocido como el Pi de l’Ensaïmada. Antiguamente, era costumbre de la gente de Sóller ir a merendar a la sombra de este pino. Avanzamos un poco más en subida y vemos a mano derecha una era de trillar y a mano izquierda una barrera metálica que se abre. Aquí abandonamos el Camí de Castelló y franqueamos la barrera que se abre. Detrás se inicia una ancha pista de tierra que asciende suavemente entre bancales trazando alguna que otra curva.
Bosc de Can Prohom
Pasamos al lado de un porxo destinado a refugio de animales y nos adentramos en el Bosc de Can Prohom, un frondoso bosque de encinas. Un poco más arriba vemos a nuestra izquierda el camino, que por esta parte, conduce al Pas de Can Jeroni Gros. Se trata de una estrecha grieta en la roca equipada con un cable. Tiene una barrera que puede encontrarse cerrada. Seguimos avanzando por esta ancha pista y cruzamos la línea divisoria de términos municipales. Dejamos atrás el término municipal de Sóller y entramos en el de Deiá
Más adelante nos encontramos con otra barrera de rejilla cerrada. La franqueamos por nuestra derecha. Poco después vemos también a mano derecha un horno de cal y un poco más allá llegamos a una pared de piedra con una rudimentaria barrera y un paso lateral para peatones. Aquí abandonamos la pista que sigue recta hasta Es Bassol, un pozo o cisterna, con una bassa en la parte posterior, que se encuentra en el centro del Pla d’en Marc. Nuestro camino continúa detrás de la barrera que se encuentra a nuestra izquierda.
Camí dels Cingles de Can Prohom
Pasamos al lado de una caseta o porche, que servía de refugio. También vemos los restos de varios ranchos de carboneros que ponen de manifiesto la intensa explotación del bosque llevada a cabo por nuestros antepasados para la producción del carbón vegetal . A partir de aquí el camino se difumina entre el encinar por lo que hay que estar atentos a los hitos que nos marcan la dirección a seguir. Al poco rato vemos ya el inicio de un camino de herradura. Se trata del Camí dels Cingles de Can Prohom que sube pegándose a la base de los peñascos.
Zigzagueando este camino va ganando altura rápidamente. Así llegamos a un coll donde hay una pared de piedra en seco. Este collado separa el Puig de Sa Galera, que queda a la derecha, del Puig des Moro que se encuentra a la izquierda. Cruzamos la pared por un pequeño derrumbe y avanzamos paralelos a ella en dirección a nuestro objetivo. Cuando termina la pared subimos a la arista y vamos cresteando en subida por el lomo del Puig des Moro, sin demasiada dificultad. Hay restos de camino, incluso tramos escalonados.
Puig des Moro
Más arriba pasamos por un muro, posiblemente de la época islámica. Luego cruzamos otra vez la línea divisoria de términos municipales y entramos de nuevo en el Sóller. Posteriormente alcanzamos la cima, situada a 785 m de altitud. En esta ocasión por culpa de la niebla no pudimos disfrutar de las vistas que ofrece este lugar. Avanzamos en la misma dirección, siguiendo los hitos, ya que no hay camino, y nos encontramos con otro muro seguramente de la misma época.
Cruzamos por un pequeño derrumbe y casi sin darnos cuenta comenzamos a descender. Los hitos nos conducen hasta un camino de carros, que antaño utilizaban los carboneros y que en algunos tramos desaparece por completo. Avanzamos en descenso por este camino, donde por falta de uso la maleza se ha ido apoderando de él. Tras dibujar una serie de curvas llegamos a una era de carbonero y su barraca, que aprovecha una gran roca como protección. Está muy cerca del acantilado y este sitio nos ofrece magníficas vistas.
Mirador natural
Proseguimos la caminata y un poco más abajo salimos del camino para acercarnos al borde de los acantilados y disfrutar de las vistas. Poco después dejamos a nuestra izquierda el camino que por aquí lleva al Pas de Can Jeroni Gros y que en esta ocasión obviamos. Continuamos descendiendo y volvemos a salir del camino para acercarnos nuevamente al borde de los acantilados. Antes pasamos por encima de una enorme fesa y nos plantamos en una especie de mirador natural.
Se trata de un magnifico balcón desde donde tenemos una amplia panorámica de todo el Valle de Sóller y su puerto, destacando el Puig de Bàlitx, el Puig de sa Bassa, la Muntanya de Moncaire, el Puig Major, el Penyal des Migdia, el Puig de l’Ofre, Es Cornador, la Serra d’Alfàbia, etc. Después de disfrutar de esta magnífica vista regresamos de nuevo al camino. Ahora la pendiente se va acentuando y nos aproximamos a la Volada de Can Teix, imponente corte que presenta el Puig des Moro en la cara que mira hacia Can Jeroni Gros.
Racó d’en Barona
Dejamos nuevamente el camino para ir por nuestra izquierda a Can Teix, una caseta recientemente reformada, con muy buenas vistas. Regresamos al camino que inicia un fuerte descenso hasta llegar al Racó d’en Barona, un bonito rincón donde hay una caseta con algunas construcciones al lado. El camino cruza el Torrent de ses Basses y continua por el otro extremo en suave subida. Luego alcanzamos la base del risco de Can Canals. A la derecha sale un sendero que recorre estos acantilados y lleva al Pas des Racó d’en Barona.
Continuamos por nuestra izquierda ya en descenso y al poco rato nos topamos con una barrera metálica cerrada que la traspasamos subiendo por unos escalones de piedra colocados en la pared al lado derecho de la barrera. Enseguida nos encontramos con un tramo del camino muy inclinado, con una pendiente del 44%, que dibuja una curva muy cerrada. Cuenta con una extraordinaria pared de sostenimiento. Más abajo vemos a mano derecha las Cuevas de Xispa, una vivienda “troglodita» que aprovecha los huecos de unas grandes rocas.
Camí de Rocafort
Más abajo desembocamos en el Camí de Castelló, que tomamos por nuestra derecha, hasta llegar poco después a una bifurcación señalizada. De frente continúa este camino. A la izquierda arranca el Camí de Rocafort, por el que seguimos. Se trata de otro sendero empedrado que, al igual que los de Mont-reals, des Rost y Castelló, puede presumir de ser de los mejor elaborados de toda la Serra de Tramuntana. Este camino comienza un considerable descenso, por un tramo empedrado muy bien conservado, trazando varias lazadas para suavizar la pendiente.
Un poco después atraviesa las vías del tren por un bonito puente y luego vuelve a hacer lo mismo, en este caso por encima de los raíles. Enseguida llegamos al Camí de la Costa d’en Llorenç, por donde hemos pasado de buena mañana y donde cerramos el círculo de esta ruta. Desde aquí ya solo nos queda regresar al punto de partida siguiendo el mismo itinerario, en sentido inverso, donde damos por finalizada esta extraordinaria excursión.
Los componentes del grupo hemos sido: Jaime Palmer y yo Juan González Blázquez como guía.
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